Tomado del libro Riders on the Storm, de John Densmore (con Phil Cousineau). Arrow Books. 1991. (Primera publicación por Bloomsbury Publishing Limited). Traducido del inglés por Raúl Lino Villanueva.
John Densmore, baterista de los legendarios The Doors, revive y transcribe la última llamada que recibió de Jim Morrison desde Paris.
Los Ángeles, abril de 1971.
El teléfono suena un martes en la mañana.
“Hey compadre, que tal, ¿cómo estás?” dijo la voz que yo conocía muy
bien, esa vos whyskienta que me provocaba terror.
“Hey Jim”, respondí tentativamente, pensando que él era la última
persona en el mundo con la que quería hablar. “¿Cómo está todo por allá’” agregué. “¿Qué tal Francia?”
“Ok, no tan mal” dijo Jim. “¿Cómo
va el L.A. Woman?
No sonaba cargado (ebrio)…¿Tan temprano en la mañana? Espera un
minuto, pensé, es temprano por la tarde allá.
“Bien, realmente lo está haciendo muy bien”, dije entusiasmadamente.
“Love Her Madly es un hit y a todo el
mundo realmente le gusta el álbum”. Lo que no iba a decirle era que ya
estábamos ensayando. Sin él. Lo hicimos
antes, pero ésta vez yo tenía la idea de seguir sin él. Tan duro admitirlo, no
podía pensar en otra sesión de grabación de un disco con el Dr. Jekyll rock
star mundial.
“Sí, todo está muy bien”, alucinaba si podría sospechar algo.
“Bueno, tal vez deberíamos hacer otro disco”
“Claro, Jim, buena idea”
Mala idea. Espero nunca más encontrarme en una sesión de grabación
contigo de nuevo. Está bién que quieras rock´n´rollear de nuevo, especialmente
con nosotros, pero creo que es por las razones equivocadas. Nunca hiciste nada
porque pensabas que igual vendería. Pero quizá te diste cuenta que los cuatro
éramos un gran equipo. Quizá no escribiste la Gran Novela Americana que
hubieras querido. Probablemente si bebiste la Gran Novela Americana.
“¿Cuando crees que regresarás?” le pregunté, mientras deseaba que no
sea pronto porque deseaba hacer valer su sugerencia de que Ray, Robby y yo
hiciéramos algunas instrumentales.
¿Traición? A Jim?-----¿A los
fans? A nosotros?
A la mierda, es un alivio tocar
sin Morrison.
“Oh…en unos cuantos meses”
“Electra quiere “Riders on the Storm” como segundo sencillo (single) del álbum, entonces tienes bastante
tiempo”
“Un segundo sencillo….wow…debe irnos muy bien”
“Yeah”
Pero yo sabía que seguiríamos sin él. Y era un alivio. Sólo espero que
Ray y Robby sigan en esto. Él no puede regresar, pienso. Él solo quiere tocar
blues, lo lento, suave, blues monótono, lo que es grandioso para un cantante
como él, pero aburrido para un baterista como yo.
Me maldecía a mí mismo por como
Jim llevaba su vida en Paris. Si regresa estoy seguro que los otros miembros de
la banda los aceptarían. Así yo diga que no. Si reaparece, nos veo
desperdiciando el resto de nuestros conciertos en clubs tugurientos y en
sesiones de grabación gruñientas. El lado más bajo de una cima. Pienso que moriremos.
No puedo irme. No ahora.
“Bien, bueno….nos vemos después”
“Yeah, gracias por llamar”.
Colgué, temblando, aliviado. Y entonces pensé, ¡Jesús Cristo! Espera
un minuto. Ray, Robby y yo hemos
ensayado algunas canciones instrumentales grandiosas. Quizá no regrese.
Estábamos comprometidos. Espera que le cuente a los otros. No van a creer que
él quiere hacer otro disco!...en su empapada condición alcohólica. Sabía que su
sobriedad era temporal.
“Dios”. Me dije, suspirando.