jueves, 16 de octubre de 2014

CUANDO JAGGER CONOCIÓ A MORRISON

Tomado del libro Jim Morrison: Life, Death, Legend, de Stephen Davis, Ghotam Books, Penguin group. 2004. Traducción por Raúl Lino Villanueva.




A principios de 1968, los Rolling Stones acababan de grabar en Londres Beggar´s Banquet, su brillante nuevo álbum de regreso. Mick Jagger estaba sumamente interesado en Jim  Morrison gracias a la publicidad adulatoria que había visto en la prensa londinense, y porque el agente de contratación de los Stones, Tito Burns, demostró un enorme interés anticipado por la gira europea, que él arreglaba para los Doors para ese mismo año. Los Stones no habían hecho gira en Norteamérica desde 1966, y el negocio de los conciertos había cambiado por completo. Toso era mayor y más profesionalizado. A los grandes grupos estadounidenses como Jimi Hendrix y The Doors les habían quedado pequeños los salones de baile eléctrico y actuaban en los grandes polideportivos, en que los Stones también debían tocar con objeto de ganar dinero.

Mick Jagger no tenía ninguna idea de cómo montar un concierto de rock en un polideportivo estadounidense. Tito Burns le sugirió que fuera en avión a Los Ángeles  y viera como se las arreglaban los Doors para actuar ante diez mil personas el 5 de julio en el Hollywood Bowl. De modo que cuando terminó de mezclar los temas del Beggar´s Banquet, el 3 de julio de 1968, Jagger voló hasta el aeropuerto de Los Ángeles con su novia Marianne Faithfull  y Jimmy Miler, el productor de los Stones. Dos días después, Mick se presentó en la oficina de los Doors y preguntó por el paradero de Jim Morrison.

Oficinas de The Doors en 1968

January Jansen, amigo y diseñador de Jim, descolgó el teléfono público, que estaba sonando, cercano a la habitación 32 del motel Alta Ciénaga del otro lado de la calle. Jim estaba hachado en la cama, mirando la televisión con el volumen apagado. Tim Hardin se inyectaba heroína en el baño.

Jansen: «Llamaron de la oficina. Estaban asustados. “Jagger está aquí! ¡Está cruzando la calle!” Y yo le dije a Jim. “Jim….esto, Mick Jagger está al otro lado de la calle. Viene hacia aquí”. Y Jim dijo: “Está bien”. Tocaron la puerta, muy débilmente. Y Jim movió la cabeza y yo abrí la puerta. Y [Jagger] dijo: “Hola, soy Mick” Y yo le dije: “Ya lo creo que sí”. Fue como…¡guau! Podías notar la energía. Y Mick entró».

Si Mick, que vivía en una casa elegante en la londinense Chester Square, demostró escrúpulos por el parco alojamiento del motel de Jim, lo hizo con corrección. «Mick se puso cómodo – recordaba Jansen – . No, el no miró alrededor y dijo “¿Qué pasa con este agujero miserable?”. El sitio estaba bien situado, enfrente de la oficina».

Alta Ciénaga Motel en 1968

Habitación 32

Las dos estrellas del rock no se habían visto antes. Jagger tenía cinco meses más que Jim, ya hacía tres años que era una estrella. Jim se levantó y estrechó la mano de Mick, luego se retiró a la cama, descansando para el concierto de la noche en le Bowl.
Mick le peguntó a jim si meditaba antes de un concierto. Jim miró a  Mick como si estuviera loco. “¿Meditar? No tío, Eso se lo dejamos a John y Robbie”.

Mick quería hablar sobre la destreza escénica, y dijo que quería aprender a dominar una gran multitud. Le dijo a Jim que los Stones llevaban quince meses sin actuar en ninguna parte y que estaban muy oxidados. Jim le preguntó a Mick  por Brian Jones. Mick puso los ojos en blanco y dijo que Brian lo estaba pasando mal. Keith le había quitado la mujer un año antes. Mick dijo que pensaba que Brian estaba en Marruecos, grabando la música de una tribu de las montañas, un grupo de músicos que también eran magos. Brion Gysin, un amigo de William Burroughs, le había hablado de ellos a Brian.
«¿Conoces a William?», preguntó Mick.
Jim negó con la cabeza.
Jansen declaró posteriormente a Franck Lisciandro: «Hablaron sobre bailar en el escenario. Mick dijo que le avergonzaba como bailaba. Dijo que la única cosa que no podía hacer era bailar. Y Jim le dijo que cada vez era más difícil sentirse cómodo y bien bailando en el escenario. Cuanto más grandes los públicos, mayor era la zona de la actuación, y menos te podías relacionar con él. Todo debía ser más exagerado. “Si te caes tío, tienes realmente que caerte”.



»Los dos se reían por lo desmesurado que era todo. Habían crecido con la estrellas de cine, los héroes del oeste y todo eso, y luego de repente estaban en el centro del escenario. Ambos eran un tanto tímidos, a la manera juvenil, y aún así con un dominio total. Y era muy evidente que tenían un respeto mutuo por el talento de cada uno.

Hubo afirmaciones respecto a que Mick dio a Jim algo de LSD 25, que Jagger había obtenido el día antes de un amigo de Los Ángeles, y que Jim lo engulló inmediatamente después de que Mick abandonara el motel. Cuando finalmente Tim Hardin salió del baño, le dijeron que se había perdido a Mick Jagger. El colocado cantante protestó de que le tomaran el pelo.